Cuando vas a comprar un inmueble por primera vez, ya sea un hogar o un negocio, una buena opción si deseas mantener tu flujo de cada intacto es contar con una hipoteca.

Muchas personas ven el contratar hipoteca como algo complejo y costoso. Sin embargo, esto va a aportarte una gran cantidad de beneficios. Por ejemplo, si tienes una cantidad de dinero pero estás indeciso en comprar una vivienda o invertir en un negocio, una hipoteca es una buena alternativa. Puesto que va a permitirte hacer ambas cosas a la vez.

Es normal que muchos no terminen de entender lo que es una hipoteca, es por ello que en este artículo quiero explicarte de la forma más sencilla posible, lo que es un hipoteca y como funciona esta. De esta forma, podrás saber si te conviene o no.

¿Qué es una hipoteca?

Una hipoteca es un tipo de préstamo en el que se utilizan bienes inmuebles como garantía. Una hipoteca suele utilizarse para financiar una vivienda o una propiedad de inversión, de modo que no es necesario pagar la totalidad del importe por adelantado. El prestatario devuelve el préstamo, con los intereses y el capital, a lo largo de un periodo de tiempo mediante una serie de “reembolsos”. El prestamista suele figurar en el título de propiedad hasta que el prestatario devuelve la totalidad del préstamo.

Los reembolsos de la hipoteca consisten en el capital y los intereses. El capital es la cantidad prestada por el prestamista para comprar la propiedad. Los intereses son el coste del préstamo.

Hipotecas de tipo fijo o variable

Hay dos tipos principales de hipotecas entre las que puede elegir un prestatario: una hipoteca a un interés fijo o una hipoteca con interés variable.

De tipo fijo: Se trata de un tipo de hipoteca en el que el tipo de interés está bloqueado durante un periodo de tiempo determinado. Por tanto, vas a pagará las mismas cuotas del préstamo hipotecario durante todo el plazo de tipo fijo.

Una hipoteca a tipo fijo es una opción ideal para las personas que quieren presupuestar con seguridad. También puede ser una buena opción para los que compran una vivienda por primera vez y se están adaptando a la rutina de pagar el préstamo, y también para los inversores que quieren asegurarse un flujo de caja positivo y constante en sus propiedades de inversión.

Sin embargo, la desventaja de este tipo de hipoteca es que si las tasas de interés bajan, no podrás beneficiarte del ahorro del que disfrutan los prestatarios con tasas variables. Una tasa fija también tiene características limitadas, ya que por lo general no puedes hacer reembolsos adicionales y puede no tener acceso a una cuenta de compensación de reembolso. Además, si decide romper el contrato dentro del plazo de tasa fijo, tendrás que pagar una comisión de cancelación que puede ser bastante elevada.

Tipo variable: A diferencia de lo que ocurre con una tasa fijo, una tasa de interés de una hipoteca variable puede cambiar a lo largo de la duración del préstamo. Si el tipo de interés sube, sus cuotas aumentarán.

Si los tipos de interés bajan, puede haber un ahorro potencial. Además, los préstamos a tasa variable ofrecen mucha flexibilidad en comparación con las hipotecas a tipo fijo. Esto significa que puedes añadir características a tu hipoteca, como la posibilidad de hacer reembolsos adicionales y tener acceso a una facilidad de redistribución.

Aunque puedes beneficiarte de las características flexibles y del ahorro que suponen las tasas de interés más bajas, estará expuesto al riesgo de que las tasas de interés sean altas, lo que puede afectar a tu presupuesto a la hora de pagar el préstamo.

¿Cuál es la duración de una hipoteca?

La duración de la hipoteca, es decir, el tiempo que se tarda en pagar el préstamo, influirá en el coste total de la hipoteca y en la cuantía de las cuotas programadas (mensuales, quincenales o semanales).

Con un plazo más largo, el importe de los intereses a pagar será mayor, pero cada cuota será menor. Con un plazo más corto, las cuotas serán más altas, pero pagarás menos intereses a lo largo del tiempo, lo que puede suponer un importante ahorro al calcular el coste total de tu hipoteca.