Existen algunos estudios que certifican que de cada 3 mujeres 2 de ellas se encuentran insatisfechas con el volumen de sus pechos, siendo el comentario común el hecho de que les gustaría tenerlos con un volumen mayor al que poseen. Aunque en otra dirección también existe un 23% de las mujeres que desearían reducir tallas en su brasier las cuales recurren a técnicas como la reducción de mamas, también conocida la mamoplastia de reducción.
El Dr. César Noval es el encargado de dirigir la clínica Noval ubicada en Valencia, España, siendo una de las instituciones que lleva a cabo este tipo de intervenciones en casos provenientes de todo el territorio español. Lo que se persigue con la mamoplastia de reducción es como su nombre lo indica, reducir las dimensiones de los pechos con el fin de mejorar la calidad física de la paciente como consecuencia de esta intervención quirúrgica.
Este tipo de operaciones por lo general se encuentran vinculadas a la medicina estética, sin embargo no podemos dejar de ver el hecho de que existen casos en los que es necesario una reducción mamaria por motivos preventivos o correctivos de problemas de columna, o al ejecutarse actividades deportivas o inclusive del día a día.
¿Cuál es la función de la mamoplastia de reducción?
Este tipo de intervenciones pueden llegar a ser vistas tanto en un plano quirúrgico como estético alcanzando su propósito de reducir las dimensiones del busto de las pacientes. En líneas generales se podría decir que esta se realiza en pacientes que padecen de un volumen excesivo de busto al hacerse la comparación con el resto de su anatomía corporal.
¿Quiénes son aptas para hacérsela?
Lo que realmente determina si una paciente se encuentra realmente en condiciones para hacérsela es mediante un proceso preoperatorio. La base analítica de este procedimiento de reconocimiento previo, proporciona toda la información necesaria que requiera el médico tratante o que va a realizar la operación. Allí se reflejarán datos importantes de la paciente referentes a su coagulación y bioquímica. Además como parte de este estudio deberá realizarse un electrocardiograma, un hemograma, una mamografía y una radiografía de tórax para las que sobrepasan los 65 años de edad.
¿Es probable que queden cicatrices?
La respuesta a esta pregunta es sí, ya que durante la intervención se procederá a hacer ciertas incisiones para la remodelación del pecho y extracción de grasa. Sin embargo, estas cicatrices irán desapareciendo con el tiempo así como las inflamaciones en caso de que se presenten.
Y la intervención… ¿Cómo es?
La paciente no sentirá dolor alguno durante el procedimiento. Como parte de la rutina y protocolo previo a la intervención, se requerirá que la paciente sea ingresada la noche anterior con fines de asegurar que esté en un estado completo de reposo llegado el momento de la intervención, a la vez que deben evitarse movimientos bruscos horas después de la misma.
En el procedimiento se realizarán bloqueos tanto músculo pectoral como el de nervios intercostales por medio del uso de anestesia, lo que permitirá que la paciente no experimente dolores y dado el caso de sentirlos serían muy mínimos.
Una indicación que se dará al terminar todo el proceso es que la paciente deberá usar sujetador especializado para estos casos y no debe levantar pesos durante el tiempo de recuperación. También es recomendable que un familiar o persona allegada a la paciente le asista durante el tiempo de recuperación sobre todo a la hora de tumbarse.
Tan sólo una semana aproximadamente es lo que necesitará la paciente para retomar sus actividades cotidianas de manera progresiva.
¿Cuándo se sugieren este tipo de operaciones?
- Cuando la persona presenta problemas para realizar sus labores normales o realizar actividades deportivas.
- Cuando presenta dificultades para conseguir el brasier de su talla.
- Cuando las dimensiones de su busto le generan problemas psicológicos que le conllevan a tener baja autoestima.
- Cuando presenta irritación cutánea debajo de las mamas.
¿Cuándo no se sugieren?
La reducción de mamas no debe practicarse en personas que:
- No quieran tener cicatrices en las mamas.
- Tengan problemas de sobrepeso u obesidad.
- Presenten algún cuadro diabético o cualquier enfermedad cardíaca.
- Sean fumadoras.
- Estén en la etapa de la pubertad.
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